miércoles, 18 de mayo de 2011

Arpeggios del Infierno



Recientemente el famoso científico Stephen Hawking declaró que el cielo, el paraíso, la vida después de la muerte no es más que un cuento de hadas.

Por supuesto, sus delcaraciones generaron reacciones en diversos grupos de católicos, y por supuesto, siempre están los ateos que solamente se dedican a burlarse de las creencias de un católico, habiendo tantas otras religiones, tal parece que los ateos solo se dedican a atacar al catolicismo, y por supuesto, estas declaraciones les dieron motivos por un largo rato para atacar y burlarse.

Pues bien, yo soy una persona de ciencia, me gusta investigar, conocer, aprender de todo aquel conocimiento nuevo, por supuesto que he investigado sobre la teoría de "las cuerdas" o los cordones cuánticos, he invstigado acerca de las 11 dimensiones, todas esas teorías muy interesantes y verosímiles, pero así como el famoso científico declaró su punto de vista, yo, como hombre de ciencia también debo de decir que el paraíso si existe, el cielo si existe y tengo las pruebas para demostrar su existencia, no solo es un comentario, como el caso de Stephen Hawking, quien simplemente dijo que es lo que el piensa.

Y lo más importante es que tengo la prueba de que Dios existe, ahora bien, por que no contesta su teléfono cuando le llamo, eso es otro gran misterio que ni el mismo Stephen Hawking podrá resolver.

Hay días en los que tengo suerte y logro asomarme a las puertas de ese paraíso que para algunos no existe, para otros, aunque lejano se hace presente.

Se hace presente en la sonrisa de una hermosa chica, en la escencia de su alma. Hay días en los que tengo la suerte de encontrar esas puertas del paraíso abiertas de par en par, y puedo asomarme a su gran belleza, al edén de su alma.

Por supuesto, al resultar algo tan extraordinario, es imposible describir el sentimiento, la gran emoción que me causa el poder echar un vistazo a ese paraíso, al alma de esa hermosa mujer.

Me encanta cuando puedo asomarme, sentir, emocionarme con tan solo poder saludarla, poder comunicarme con ella, descubrir siempre que es posible algún detalle, por mínimo que sea, pero siempre hay un detalle que me habla precisamente de eso, de esa gran belleza celestial, ese detalle que me demuestra que solo un ente como Dios es capaz de crear semejante hermosura, tanta belleza no es casualidad espontánea como sostiene Hawking, esa belleza es obra de un genio, de la genialidad de Dios.

Y claro, solo es un pequeño vistazo el que logro tener de ese paraíso, todos los días en punto de las 2 esas puertas del paraíso cierran sus puertas, pero sin embargo, dejan mi alma llena de emoción, de paz, insisto, es para mí algo muy difícil de explicar. Todos los días que puedo, cuando encuentro esas puertas del paraíso abiertas simplemente como la canción, "me dejo caer" y disfruto al máximo dichas imágenes de ese cielo, de ese paraíso.



Todos los días Dios me abre por un ratito las puertas de ese paraíso, que más quisiera que fuera para mí, pero es eso precisamente, esa idea paradisiaca la que me lleva, la que me impulsa a mejorar como ser humano, la que me lleva a entender las cosas más extrañas de este mundo, como ya lo dije una vez aquí, me acerca más a Dios.

Me encanta descubrir todos los días ese paraíso y solo me queda decirle a todos aquellos fieles creyentes de las teorías de Stephen Hawking que el paraíso está ahí:

El paraiso esta ahí
donde el cielo toca el alma
donde los sueños se juntan
en la misma melodia del sentido
donde el viento canta suavemente
los versos como el mar tranquilo.

El paraiso vive dentro
donde se acaban las palabras
cuando los ojos dicen
lo que no saben expresar los labios.

El paraiso esta muy cerca
junto a su cara, en la esquina
Tiene colores de esperanza
Brillo de sol y sabor de agua

Puedo encontrarlo en su suspiro
en la sonrisa y en su mirada.
Mi paraiso tiene su nombre (Araceli)
no necesito mas por la suerte

Mi paraiso es soñar con ella
Mi paraiso solo quererla...

Por supuesto, la mayor prueba de ese paraíso es que también existe un infierno, así como el día necesita la noche para existir, el paraíso necesita de su pequeño infierno para justificar su existencia.

Y sí, también resulta un pequeño infierno cuando esas puertas del paraíso están cerradas, cuando extraño sus palabras, cuando no puedo decir lo que siento, cuando no puedo expresar un "te quiero" cuando le pido a Dios y no contesta el teléfono, cuando no encuentro las palabras para expresar todo eso que para mí, esa linda chica significa, todo eso, también a veces resulta ser un pequeño infierno, pero sin ese infierno, creo yo, no habría paraíso, no habría esa motivación a todos los días ser mejor persona.

Y pues por eso el título de esta entrada, por eso el video del principio sobre los arpeggios del infierno, yo de grande quiero tocar la guitarra como ese señor, lo hace ver tan fácil, pero sin duda, algún día, yo estaré con mis alas y mi arpa, tocando estos arpegios celestiales, arpegios pentatónicos que dicen su nombre una y otra vez: A-R-A-C-E-L-I.... y nunca me cansaré de tocarlos con mi arpa, son muy sencillos de tocar, podría pasar la eternidad tocándolos, escuchándolos...



Y no, no es que me de miedo la muerte y por eso inventé eso del paraíso, como sostiene Hawking, por que cuando muera, "quemaremos el cielo..." por que a través de tí encuentro inspiración...



uuuuy megarolonononononon, hasta para hacer una versión salsa...

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