Listo, es la hora del pastel, pide tus deseos y sopla fuerte, nop, ese deseo de que te deje de dar tanta lata no va a funcionar, ni lo desperdicies.
Bueno, pues ha llegado el momento del baile, a ver que tanto han servido esas clases de baile. Yo más o menos me preparé un poco de salsa, no, de la picosa no, del ritmo salsero, aunque yo la verdad, no distingo que es salsa, cumbia, guaguanco, etc. Ya parezco viejito que critica el metal, "para mí todash shuenan igual", pero bueno, según yo preparé un poco de salsa.
Ya saben el pasito de la vuelta al mundo y todo eso, según eso, es solo contar formando un cuadro en cuatro tiempos, espero pronto poder bailar una salsa con Araceli.
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