nice guys finish last: Aprendiendo a caminar otra vez...

Aprendo a hablar otra vez, a expresarme, a querer, a admirar a sentir. Siempre es bueno, volver a aprender esas cosas, el fino arte de querer, de ser un buen amigo, una buena compañia.

Y sí, a veces que más quisiera yo que volver a empezar a aprender a querer. Volver a descubrir su belleza aprender a volver a decir, "hola".

La vida, siempre es una escuela, y hoy precisamente fue el día en que los escolapios regresaron a la escuela después de un largo periodo de vacaciones.

Aunque yo hace tiempo que dejé atrás ese día tan terrible que era el primer día de clases, aún lo recuerdo con ese nerviosismo, esa ilusión de empezar de nuevo, nuevas oportunidades, nuevas amistades, en ese primer día de clases todo parecía una nueva oportunidad de empezar otra vez y hacerlo todo otra vez pero mucho mejor.

Era un día de sentimientos encontrados, estaba esa ilusión de que era algo nuevo, que nuevas cosas aprendería, empezar mis cuadernos desde cero, nuevecitos, con todas las hojas en blanco, esas hojas que se llenarían de conocimientos y uno que otro garabato. Pero siempre era la ilusión de empezar un cuaderno nuevo, con buena letra. Siempre que se inicia algo nuevo hay tantas ilusiones de que todo salga perfecto que todo sea inmaculado.

Pero también en ese primer día era un día de muchos nervios, el miedo quizá natural a lo desconocido, sería difícil? podría con el paquete? Me sentía igualito que Adam Sandler en esa película que se llama Billy Madison, lastima que nunca tuve una maestra como el. Pero así estaba tan nervioso en el primer día como Billy Madison:

Ese primer día eera la muerte, por que el día empezaba en llegar a la escuela cargando todos los útiles escolares, llegaba uno a la escuela como burro de carga y el primer paso era ir a buscar en que grupo había quedado uno, en que salón le había tocado a uno. Y una vez que finalmente, después de revisar todas las listas de la escuela, encontraba mi nombre en la última lista que revisaba y de ahí, a irse a formar al patio en el grupo correspondiente.

Había años buenos en que por suerte me tocaba en el mismo grupo que un viejo amigo, pero había otros en los que no conocía a casi nadie, y lo peor era el momento en que veía uno que el "lacrosito" de la escuela, el clásico abusivo andaba merodeando la fila donde estaba formado, y yo deseando, rogando por que no le hubiera tocado en el mismo grupo que a mí, y pensando, si le toca en el mismo salón, va a estar difícil que este año salga invicto de alguna pelea con ese individuo, pero así a veces parece ser la escuela, hay que imponerse por que nunca falta el abusivo que hay que poner en su lugar, para la de malas, el abusón siempre quedaba en el mismo grupo de uno, creo que desde entonces usaba esa clásica frase: "no puede ser, maldita sea!" Y por supuesto, luego venía el drama de entrar al salón a escoger lugar, por alguna razón había que verse hábil por que por alguna extraña razón, los lugares de hasta atrás del salón parecía que eran siempre los primeros en ocuparse, como que el ambiente era mejor hasta atrás cerca de la salida. La gente que se sentaba hasta adelante siempre eran personajes extraños.

Y así, se adentraba uno a la nueva aventura de un nuevo ciclo escolar. No me puedo quejar, a final de cuentas, ahora que he dejado atrás los años de escolapio y veo, me veo en aquellos años y digo, que tonto era, que boberas me preocupaban, si hubiera sabido entonces lo que ahora sé, si pudiera regresar a esos tiempos, re encontrarme conmigo mismo como esa película de Bruce Willis, uuuy las cosas que me diría, sin duda, la escuela me hubiera resultado menos preocupante que lo que en realidad fue.

Pero así es uno, la falta de experiencia de conocimiento, nos hace dudar, incluso sufrir, temer. A veces me pongo a pensar, en mi mismo dentro de unos 40 años, viendo en retrospectiva estos tiempos que estoy viviendo ahora, espero estarme carcajeando y pensando, "que tonto era".

Y es que por ejemplo, cuando quiero platicar con la hermosa Araceli, me pongo tan nervioso, como el niñito del video, ese del que se burla Adam Sandler, así me pongo a tartamudear, a no saber que decir. Y sin embargo, todos los días en que puedo charlar con ella, los empiezo igual que el primer día de clases, muy nervioso y temeroso, pero a su vez, con una ilusión de descubrir algo nuevo de su belleza, con la emoción de aprender algo nuevo sobre ella, con la esperanza de obtener alguna nueva idea, algo inspirador.

Para mí, todos los días es esa ilusión, de aprender a comunicarme con ella, de encontrar una nueva y bonita forma de decir, "me importas", "te quiero", "eres una hermosa mujer".

Y que pasará en 40 años, cuando me diga, que tonto era, que difícil me resultaba decirle un "te quiero", y me estaré riendo de la angustia que sentía cuando intentaba hablar con ella, las cosas que escribía en un blog dedicado a tan singular chica. Pero espero poder decir, jeje, que tonto era, pero valió la pena sin duda, por que en esa escuela de los sentimientos en estos tiempos no se mucho, pero dentro de 40 años espero poder decir que valió la pena por que aprendí mucho del amor, sobre como amar y tratar a una gran mujer.

Espero en 40 años estarme riendo, pero por lo pronto, para mí hoy, en un día de agosto del 2011 es como el primer día de clases, con la ilusión de descubrir la belleza de Araceli, de aprender de sus pláticas, perderme y anotar en mi cuaderno mental, con buena letra eso sí, todo aquello que de ella aprendo.

Aunque bueno, ahorita sufro y me angustio por que me siento como en el kindergarden, con miedo, asustado, un poco solo y sin saber que hacer, parece que reprobé de año y otra vez a empezar, preguntándome como esa gran canción de Faith No More, algún día me graduaré? espero que sí, de cualquier forma, yo me pongo a escribir 100 veces algo que de sobra ya sé, pero aún así, hago mi plana por que algún día me quiero graduar de este kindergarten.