sábado, 3 de marzo de 2012

Hermosa Pesadilla (Nine Inch Nails)


"sueña como si fueras a vivir por siempre...
vive como si fueras a morir hoy"

Si cenas demasiado, tendrás pesadillas... bueno, al menos eso es lo que siempre me han dicho desde que era niño.

Con el tiempo, con la edad, mis pesadillas han evolucionado por decrilo de algún modo, aunque ciertamente por muy terroríficas que fueran las pesadillas infantiles, de cierto modo las extraño, es decir, extraño esa grúa que me perseguía por las calles de la ciudad, o tal vez, soñar con el demonio, subiendo por las escaleras de la casa, mientras yo lo espero, al fondo del pasillo, tras la puerta de mi cuarto, lleno de angustia, esperando con un garrote en la mano mientras lo escucho que sube por las escaleras, paso a paso, escalón por escalón. Y que decir de todas esas pesadillas con seres tenebrosos, oníricos, atemorizantes.

Pero ahora las pesadillas han evolucionado, tal vez he modificado mis hábitos en la cena, pero ahora las pesadillas parecen más sencillas, más reales y sin embargo más atemorizantes.

Sin duda, no creo en el significado de los sueños, más allá que el que les da la ciencia, que simplemente, los sueños, las pesadillas son meros reflejos de los miedos, las angustias a las que la mente se somete día a día, y son pues, un método muy efectivo de purificación mental.

Pero que molestas son las pesadillas, no es que se levante uno gritando como en esos típicos clichés de las películas, y sudando frío, nada de eso, a veces, simplemente se levanta uno triste, molesto, melancólico, y son sentimientos que en mi caso, a veces llegan a durar por gran parte de la mañana, no entiendo por que el cerebro se purifica de ese modo.

A veces las pesadillas, mis nuevas pesadillas son de soledades, abandonos, pérdidas, tristezas, los monstruos han dado paso a extrañas pesadillas de lugares irreconocibles. Han dado paso a esas extrañas sesnaciones de no reconocerme a mí mismo, de encontrarme con que soy una persona totalmente diferente a quien yo suelo ser en la vida real. A veces sueño con mi padre, sueño que simplemente está ahí otra vez, y le platico, le platico de Araceli, de la vida, lo pongo al tanto de todo aquello que se "ha perdido", otras, las más de las veces, es un sueño, como si el siempre hubiera estado ahi. No sé es uno de los sueños más extraños, que reconozco como una pesadilla, por que al final de cuentas despierto y me enfrento con la realidad de su ausencia. No es que sea algo que me siga doliendo, pero sin embargo, es confuso, es extraño el sentimiento que deja esa pesadilla.

A veces tengo esa horrible pesadilla en la que me sueño todavía como un estudiante, y la pesadilla es precisamente que no he aprendido nada, el curso está a punto de terminar, faltan unas horas para el exámen final, y resulta que no estudié nada, es más de hecho, jamás si quiera entré a una sola de las clases del curso. Esa es una pesadilla recurrente, que me hace despertarme lleno de angustia, de miedo, de inseguridad, no sé por que sueño recurrentemente eso, como si hubiera quedado algún pendiente, tal vez cualquier psicólogo podría perfectamente analizar mis sueños y darme un diagnóstico, aunque dudo que sea el acertado.

Otras veces he soñado con mi muerte, sin duda, esa es una de las pesadillas más extrañas, dolorosas y desconcertantes que pueda haber, el enfrentarse al final de los días, claro, cualquiera podría decir que es precisamente el miedo a esa muerte, pero no sé, no creo tener miedo a mi muerte, siendo que yo soy una persona creyente y que cree firmemente en la evolución de las cosas, la trascendencia a un plano celestial, paradisiaco.

Pero no todas las pesadillas son así de tristes y llenas de angustia, también existen otro tipo de pesadillas, las "hermosas pesadillas", que son aquellas en donde la belleza de Araceli se hace presente. Tal vez no debería llamarlas pesadillas sino dulces sueños, tal vez sea eso a lo que la gente le llama "soñar con los angelitos",

Es muy bonito cuando puedo soñar con Araceli, y lo más bonito, lo más extraordinario de esas "hermosas pesadillas" es que se sueñan despierto.

Basta con ver, a mi alrededor, basta con sentir el latido de mi corazón para soñar con Araceli, recordar su sonrisa, sus pláticas, todo lo que ella es y hace, es sin duda para ponerse a soñar despierto. Soñar con cosas hermosas como su dulzura, su ternura, su determinación, valentía, tantas cosas motivantes a los grandes sueños. A veces, tan solo basta escuchar alguna canción, ver alguna película y se acuerda uno de Araceli. Me gusta soñar con Araceli, tener esa clase de "hermosas pesadillas".

Podría afirmar que esas pesadillas que en teoría se dan por cenar en exceso o bien, como un proceso de limpieza cerebral, parecen como una ventana a los avernos a los rincones más obscuros del alma.

Sin embargo, como dice Woody Allen, en la vida, en los sueños también hay otras ventanas, esas ventanas a través de las cuales podemos echar un vistazo a lo que es el paraíso. Esas ventanas son las mujeres, y en mi caso, la ventana Araceli, es una de las ventanas más luminosas que pueda haber.

Asomarse a Araceli es poder presenciar el paraíso con los más hermosos jardines, con todos esos colores y aromas propios de su floreciente alma, asomarse a Araceli es poder admirar los grandes misterios del universo, admirar a todas las estrellas juntas y en perfecta constelación.

Sin duda, Araceli, como bien dice Woody Allen es esa hermosa ventana el paraíso. El más hermoso y dulce de los sueños, de eso de los que uno no quiere despertar, y cuando uno los sueña, despierta uno con la más amplia sonrisa, el mejor de los humores.

Hermosas pesadillas así, las quisiera tener siempre, sin duda sería una persona más creativa, más llena de luz y con una de las mentes más brillantes que pudiera haber.



Las hermosas pesadillas como Araceli, hay que soñarlas bien despiertos...


No hay comentarios:

Publicar un comentario