sábado, 3 de octubre de 2009

The one i love...



"...y Dios enjuagarà toda làgrima de sus ojos y ya no existirà ni muerte, ni duelo, ni gemidos, ni penas, por que todo lo anterior ha pasado..."




Apocalipsis, 21, 4




Increìblemente, aunque me criè en el seno de una familia catòlica, toda mi educaciòn la tuve en una escuela catòlica (lasallista) mi primer encuentro real, consciente con la biblia, fue a travès de un disco de Iron Maiden, en cuya contraportada, en una oscura ilustraciòn, tal vez un poco atemorizante, en letras gòticas, venìa impresa esta cita.


No puedo recordar si en aquellos dìas tendrìa algùn problema, alguna pena, sin embargo, fueron palabras que causaron un gran impacto, despertaron en mì un deseo de creer, de conocer màs, de esperar y se grabaron en mi mente, tal vez, algùn dìa las necesitarìa para darme fuerza, para creer...


Soy un fanàtico del metal, del heavy, me encanta el sonido estridente de una guitarra, el poderoso sonido grave de un bajo, ignoro por que es asì, sin embargo, siento una gran vibra cuando escucho ese tipo de mùsica veloz, poderosa.


Los psicoalistas, Freud por ejemplo, decìa que la infancia es destino, tal vez haya razòn en eso. Yo, desde muy niño he escuchado metal, mi acercamiento con el metal fue a travès de AC/DC Back in black, quizà, fue por que la escuela donde estudiaba se encontraba en una zona metalera, ciudad Satèlite, cuna del metal en el valle de Mèxico. En la escuela, casi todo el mundo era metalero, era un sacrilegio escuchar otra mùsica, y si uno era sorprendido escuchando timbiriche, o alguna otra canciòn de moda y que decir de la mùsica romàntica, era uno quemado en leña verde.


Hay algo que tiene el metal, es una mùsica solitaria, para solitarios del alma es quizà una mùsica simple, no es mùsica para soñar con alguien, para bailar abrazado de alguien, es una mùsica que difìcilmente uno compartirìa con una chica dulce, tierna, como me gustarìa; me imagino, o trato de imaginar un dìa, tal vez casàndome con la mujer màs bella del mundo, la màs dulce, la màs romàntica y que en la boda tocaran "nuestra canciòn", nuestro primer baile serìa a ritmo de los acordes de "the number of the beast..." sin duda es algo inconcebible, el metal no es romàntico, no puede uno dedicarle a una chica hermosa algo metalero, y no digo que no existan chicas metaleras que sean hermosas, por supuesto las hay, pero no sè, no es lo que yo buscarìa en un alma gemela, pero, bueno, la vida està llena de sorpresas, que tal que la vida me calla la boca y resulta que la chica de la comer sea super metalera...


Pero si en verdad es cierto, infancia es destino, pues creo que estoy perdiendo el rumbo de un destino que serìa lo màs grande en mi vida.


Cuando se es niño, no se piensa en esas cosas, destino, amor, yo mismo, a la fecha no creo mucho en el destino, sin embargo, he visto señales, tal vez, ahora que lo pienso, lo analizo, ha sido la manera tan extraña e inentendible con la que Dios se ha comunicado conmigo anònimamente.


En aquellos años de mi infancia, antes del metal, antes del amor, del desamor, del desamor, se editò en Mèxico por primera vez una revista muy famosa, desconocida para mì, con un tìtulo por demàs extraño, ni siquiera sabìa inglès entonces. MAD...


Desde que leì ese primer tomo, la revista me envolviò, sus dibujos, sus chistes, su formato, todo en sì me parecìa increìble de la revista, sensacional.


Y mes con mes, cuando mi papà volvìa del trabajo con la revista, habìa un gran entusiasmo, una gran emociòn, que venìa obviamente acompañado de las consabidas peleas y agarrones por ser el primero en leer la màgica revista, en cuya portada siempre aparecìa con grandes caractères MAD.


Tal vez por ser el menor de tres hermanos siempre me tocaba leerla hasta el ùltimo, aunque era desesperante, creo que era mejor asì, porque de ese modo tenìa màs tiempo para leerla, disfrutar cada una de sus viñetas, me embobaba y me pasaba horas y horas leyèndola, copiando los dibujos, quizà de ahì naciò mi gusto por el dibujo.


Tambièn escribì mi primer carta, aparte de las de santa. La revista tenìa su secciòn de cartas de los lectores. Fue esa mi primer experiencia epistolar.


Para mi sorpresa mi misiva fue publicada, aunque desgraciadamente fue objeto de burlas, en la revista simplemente se pitorrearon de mì, pero que podìa esperar, era tan solo una revista còmica.


Y de repente, no recuerdo por que, pero un dìa la revista dejo de llegar a casa, hay un vacìo en mi mente, no recuerdo, no entindo por que, me habràn castigado? pensarìan que ya no me gustaba? que tal vez me hacìa daño? No sè por que mi papà jamàs volviò a llevar la revista a casa, a la fecha, creo que aùn se publica.


Crecì, mi aficiòn por el dibujo, por el arte continùa hasta el dìa de hoy, al igual que el metal. Sin embargo, esa revista, ese nombre, MAD, marcaron mi destino.


Tiempo despuès de la manera màs misteriosa, del modo màs extraño me encontrè con algo tan maravilloso, de hecho, mucho màs maravilloso, algo que me hizo volver a sentir ese entusiasmo, esa alegrìa que sentìa en aquellos años de mi infancia, en los años de la revista.


Por asares de ese destino, marcado en mi infancia, me encontrè con MADS y al igual que entonces me envolvì en su lectura, me embobaba leer de ella, conocerla, y al igual que la revista me inspiraba a escribir, contarle de mì, con la diferencia que en lugar de las burlas de la revista, recibì cariño, atenciòn, quizà amor... Ella nunca lo supo, pero todas las noches, despuès de leerla, de conocerla, me ponìa a dibujarla, dibujar su nombre, lo escribìa una y otra vez... MADS, MADS, MADS.


... por supuesto, despuès, conocì el dolor, al igual que la revista, un dìa desapareciò, y solo quedò la tristeza, la nostalgia, y no supe ni por que, pero la infancia es destino y aquì estoy, escribiendo al vacìo recordando a mi MADS.


El metal, y esa revista quizà marcaron mi forma de ser, de dibujar, de escribir, pero mi forma de amar, bueno, esa la marco MADS.


Desde la conocì, tambièn conocì otras formas de inspiraciòn, a travès de la mùsica, he conocido, màs bien he aceptado otros gèneros musicales, incluso algunos màs romànticos, se despertaron en mi sentimientos nuevos, por fin conocì el significado de dedicar una canciòn, un poema, incluso, por que negarlo, dedicar la vida misma.


La infancia es destino? no lo sè, pero al igual que cuando era niño, me encanta mi MADS... me vuelve loco (tiempo despuès descubrì que MAD significa loco)


Y bueno, hoy quiero aprovechar esta entrada para cometer un sacrilegio, algo que jamàs imaginè que harìa, en esas tardes metaleras de mùsica a todo volùmen, leyendo la revista, jamàs imaginè que un dìa terminarìa escuchando algo como esto, y mucho menos, tendrìa la necesidad, la urgencia de dedicarla. Tal vez, me quemen en leña verde, pero, no importa.


ESTA VA CON TODO MI CARIÑO A:


M i

A mor

D e

S iempre

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