sábado, 28 de enero de 2012

La Perfección Más Dulce



La mayor de las veces, cuando ando en busca de alguna imágen supertierna para ilustrar este blog, o bien cuando visito algún museo de arte, o consulto algún libro de arte me sorprende el descubrir que sin importar de que siglo, de que año, quién haya servido como modelo al pintor, el pintor desde tiempos inmemorables ya había anticipado a la hermosa Araceli, los grandes pintores la vieron, tal como vendría al mundo y como sería, al otro lado del océano, medio siglo después. Tal es el caso de este autor, Gustav Klimt, quien creía recrear con sus pinceles a una dama mitológica, a una hermosa Cleopatra, pero en realidad, estaba procreándola, futuro ser lleno de hermosura. Y es que solo ella, entre todas las mujeres, como en esa pintura, junta la perfección de un ángel, su innocencia y su pureza con un cuerpo, un rostro una escencia hermosamente terrenales.

Una mujer que ante sus pies que son la base, lo que potencia totalmente el resto de su belleza, los grandes artistas, poetas, escultores, pintores pueden rendir un homenaje exclusivo a su gran belleza.

Y así como a todos esos grandes artistas que desde siempre han previsto la belleza que Araceli sería, toda ella, también en mí exalta mis sentidos. Chica hermosa de piel de terciopelo, saliva de alóe, delicada musa de manos, codos, rodillas y pies inmarcesibles. Araceli, es pues, esa dulce perfección de la que cualquier artista crea y habla...


Muchas veces lo he comentado en este blog, que no hay nada mejor que sentarse, reclinar el cuerpo, reposar la cabeza y soñar, pensar en la belleza de Araceli, en esa dulce perfección que es, a veces, la mayor de las veces escuchando algo de música, buscándola entre las estrellas, y tal vez, más de uno que amablemente lee este blog pensará que es alguna especie de manía, de locura el simplemente sentarme a pensar en ella, recordar sus pláticas, sus palabras, recordar sus ojos, su rostro, tal vez parecería una especie de obsesión, y aunque estoy de acuerdo en que no hay manía u obsesión que carezca de grandeza, ya que ellas constituyen la originalidad de un ser humano, la mejor expresión de su soberanía. Pero hay mucho más allá de sentarse a pensar obsesivamente en ese milagro que ella es, un milagro de belleza que va de sus pies a su cabeza. No es el simple hecho de sentarse a pensar en su simétrico y hermoso rostro, ni pensar en cada uno de sus sedosos cabellos, o sus hombros, sus brazos, ni siquera es el pensar en sus blancos muslos o sus piecesillos de plantas rosadas,  Es pensar en mucho más de la belleza que hay en ella, esa belleza que como dije, esa belleza que otros grandes pintores la han anticipado, la han soñado aún sin conocerla, grandes pintores como Warhol, Urculo, Rubens, Picasso, Tiziano, tantos otros maestros forjadores de obras maesetras que parecen haberse juntado en un solo pensamiento, en una sola musa para dar realidad, consitencia, abundancia y a la vez finura, suavidad, espíritu y vibración sensual a esa hermosura que Araceli es.

Todas esas cosas son las que me pongo a soñar, a pensar sobre la hermosa Araceli, en la penumbra, bajo la luz de las estrellas.

Se que a veces, una mujer no podrá imaginar sobre ese ejercicio del pensamiento, el ponerse a pensar en lo que un hombre ve en una mujer, en la belleza que toda mujer representa, es difícil expresarlo, y por eso, a veces esa frase de "pensando en tí" a veces puede sonar tan vacía, tan superficial, pero en realidad, pensar en tí, es algo mucho más profundo, más inspirador y constructivo.


Y claro, también dejo el egoísmo a un lado y no solo pienso en todo eso hermoso que ella me inspira, también me pongo a imaginar, que es lo que ella piensa de si misma? se mirará al espejo todos los días y se dará cuenta que es reverenciada y admirada como la que más, es añorada y deseada como los espejismos en los desiertos, alusinados por un sediento viajero?

En todo eso y más pienso cuando en Araceli pienso, en su dulce perfección.


No hay comentarios:

Publicar un comentario