El General Lee y la hermosa MADS

"...YEEEEEEEEHAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!"

Siempre fuí fanático de los Duke de Hazzard, famosa serie de televisión ochentera donde salía un famoso automóvil Dodge Charger R/T Modelo 1969 con un motor v8 "HEMI" (Llamando así por Dodge por su peculiaridad de tener las cabezas de pistones Hemisfericas), de color anaranjado con el número 01 pintado en los costados y el letrero "General Lee" y la bandera confederada en el techo. Tiene las puertas soldadas y puede saltar zanjas y arrasar con los malos y siempre salir avante de cualquier peligro.

De niño veía la serie y solía decirme: "cuando sea grande voy a tener un auto igualito al General Lee y andaré quemando caucho por toda la ciudad, al clásico grito de guerra de Yeeeeehaaaaaaaaaa!!!!.

Cuando se es niño siempre se sueña con ser todo un rebelde de la carretera, romper los límites de la velocidad y ser como todo un Duke de Hazzard.

Y sin embargo ahora soy un poco mayor, no conduzco un Dodge Charger ya que son autos de colección y que valen una pequeña fortuna, por supuesto, no soy un Duke de Hazzar, pero sí soy un Santiago de Metepec y de vez en cuando, conduzco un veloz automóvil a través de las estrechas calles de este pueblo, por supuesto mi auto no está arreglado para brincar, casi volar por los aires y aterrizar con el auto indemne, cuenta la leyenda que para la realización de dicho programa se destruyeron más de 150 Dodges Charger.

Sin embargo, yo recorro las calles y siempre que es seguro, y veo un semáforo en rojo, simplemente acelero y grito "yooooooooooooooooooohoooooooooooooooooo!!!" que es lo mismo que "yeeeeeehaaaaaaaaaa" pero en español.

Y aunque en mi auto no llevo la bandera confederada, la cual siempre ha sido usada como signo de rebeldía, la llevo en mi corazón, mi corazón que se revela ante la razón, saca su bandera de rebeldía y se niega a dejar de pensar en Araceli, se niega a dejar de dar lata.

Basta con leer ese nombre e inmediatamente se produce ese grito de emoción y alegría: "yeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeehaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!".

Pero la verdad es que fuera de esa rebeldía en el corazón, podría decirse que soy una persona bien portada y sencilla, es decir, muchas veces no estoy de acuerdo con algunas cosas, con los puntos de vista de las demás personas pero he aprendido a respetar las diferencias de opinión, claro que a veces me gana esa rebeldía y me enfrasco en alguna que otra discusión, claro, siempre que tengo la razón, como decía Napoleón, nunca enfrentes una batalla que no puedas ganar.

Y así, considero yo que siempre he sido un ciudadano honesto y bien portado, como dice una gran canción, que curiosamente es de un grupo que siempre se identificó con el emblema sureño de la bandera confederada, un grupo que siempre hablaba de libertad de espíritu y de pensamiento, y muy al estilo sureño, tenían una gran canción, sobre siempre intentar ser un tipo sencillo.



Y yo también, muchas veces lo he intentado, no sé si me ha ayudado esa filosofía, por que a veces, parece que en el mundo todos se aprovechan de la gente sencilla, a veces pareciera que hay que ser un desgraciado para triunfar en esta vida.

Y sin embargo, la vida también, el amor, nos va enseñando que mientras más sencillo más humilde las cosas más sencillas nos satisfacen, nos hacen sentir bien.

Y esa rebeldía va transformándose en alegría y disfrute por las cosas simples, por ejemplo, basta un saludo, una sonrisa, de la hermosa Araceli y uno siente ese poder, esa emoción que sin duda los Duke de Hazzard sienten cuando aceleran su automóvil a fondo.

A veces, inclusive atreverse a decir un te quiero, a escribir un poema o dedicar un blog o una buena canción, es una auténtica emoción, y esas cosas, solamente se pueden apreciar, disfrutar cuando se es una persona sencilla.

Claro, aún me gustaría lograr muchas cosas, a veces, la codicia me hace soñar con el oro de los ricos, es parte de la misma humanidad creo yo, tener dinero, lujos, viajes, todo eso que el dinero puede dar, pero sin duda, vale más encontrar un buen amor, alguien a quien querer y por quien convertirse en un tipo de hombre sencillo.

Así que yo creo que sí, por muy rebelde que uno sea, en el fondo, uno busca alguien que nos tranquilice, que apasigüe ese corazón rebelde, por que es verdad, las mejores cosas no hay que buscarlas, por que están en el alma de uno, por eso yo, cuando extraño a esa linda chica, cuando no se de ella, tan solo la busco en mi corazón y ahí está, siempre presente.

Aún así, de vez en cuando me gusta la rebeldía, no me gusta podar el césped, no me gusta lavar mi coche, no me gusta respetar los semáforos en rojo, no me gusta pagar impuestos, no me gusta comer verduras, no me gusta hacer ejercicio, y sin embargo, en el corazón, en la mente, está esa imágen, esa musa que me hace ser, o por lo menos intentar ser una mejor persona, una persona sencilla.

Es por eso que le dedico mi versión de esa famosa canción de ese grupo sureño. Es curioso, es considerada música sureña, y sin embargo, aquí en México es música norteña, y sé que a esa linda chica le gusta la música norteña, así que esta va para ella, una versión más moderna.


siempre la riego a la hora de subitular, hay un pequeño error, desapareció la frase "no" en un subtítulo, debería decir: "no olvides que hay alguien allá arriba"

 

Bueno, pero de vez en cuando no está mal ser un poco rebelde, así que mañana mismo voy a ir a comprarle a mi coche un claxon como el del General Lee, e ir como los Duke, saludando a todas las chicas lindas con mi claxon:



Sí, ya sé, en México tener un claxon así es considerado de mal gusto, "naco" pues, pero pues de eso se trata ser rebelde, además yo siempre quise ser como los Duke, y tal vez, en un futuro no muy lejano, pueda comprarme no solo el claxon sino el General Lee completo, que aproximadamente cuesta unos 2O mil USD

En fin, de cualquier modo, siempre hay que conservar un poco de esa rebeldía, que es la que nos impulsa a nuevos retos y mejores logros, y esta canción va dedicada a todo aquel que ha pasado por este blog, para que nunca nadie ame en vano y mantengan esa rebeldía joven en su corazón: