En california, la patrulla de caminos tiene un código muy famoso que se llama 502, o también se le conoce como DUI, Driving Under Influence, o lo que es lo mismo, manejando bajo la influencia, puede ser de alcohol o drogas.
Yo obviamente no uso drogas ni tomo alcohol, de no ser la tradicional sidra navideña y si el boing de uva cuenta, pues solo en esas ocasiones. Sin embargo a mí me ocurre igual. A veces, salgo a conducir bajo la influencia, pero bajo la influencia de su recuerdo, de sus ojos que me deslumbran, influenciado por su ternura, influenciado por todo eso que me hace sentir.
Aunque a diferencia de la canción, yo no salgo a romper leyes, al menos no deliveradamente, pero cuando manejo bajo esa influencia, intoxicado por el aroma de su alma, a veces condusco e ignoro los topes (México es el único país del mundo donde existen esas aberraciones, unas mini bardas que aparecen de la noche a la mañana a medio camino cuya función es la de provocar que los conductores disminuyan su velocidad al tener que pasar lentamente sobre ellos) ignoro los baches, a veces, cuando el semaforo se pone en rojo, a veces suelo frenar contra el coche de adelante. Otras veces, al cambiar la luz de rojo a verde, generalmente me quedo soñando, recordando su voz. De la velocidad, ni siquiera me fijo en el velocímetro.
Y la cosa es peor cuando es domingo de carreras, uuuuy sale uno deseoso de correr, con ella como mi pasajero... Imaginarla viajando a mi lado, escuchando una bonita canción, que canción sería? una salsa o un buen metal, tal vez algo de banda. No sé, pero hay una regla universal que dice, el que conduce es el que elije la música. Pero lo cierto es que ella sería la que eligiera, por que en verdad, es ella la conductora de mis sueños...
Es bonito salir a pasear en automovil, salir a conducir bajo la influencia. Tal vez, algún día me detengan por eso, y entonces también escriba una gran canción como esa. Pero por lo pronto, me gusta soñar con ella.
Realmente, quería escribir algo bonito para esa linda chica, para mi musa, sin embargo, he de reconocer, que cuando se está contento, cuando se escucha un buen metal, a veces, las palabras no surgen con la facilidad que uno quisiera. A veces resulta tan atemorizante, tan difícil de decir un "te quiero", que las palabras se enredan y queda uno mudo.
Así que por eso, recurro a mi buen amigo Wiliam Shakespeare, quien también a veces, tenía problemas para encontrar las palabras para su musa. Claro que no era tan bonita como la mía...
¿Cómo puede buscar temas mi Musa
mientras tú alientas, que a mi verso infundes
mientras tú alientas, que a mi verso infundes
tu dulce inspiración, harto preciosa
para exponerla en un papel grosero?
Agradécete a ti, si algo de este blog
digno de leerse encuentra tu mirada:
¿quién tan mudo será que no te escriba
cuando tu luz aclara lo que inventa?
Sé la décima Musa y sé diez veces
mejor que las antiguas invocadas,
y otorga a quien te invoque eternos versos
que sobrevivan a lejanos siglos.
Si al futuro censor mi Musa encanta,
mía será la pena y tuyo el lauro.
Se que a la preciosa Araceli no le gusta la poesía tan rebuscada con palabras un tanto inusuales, pero, pues, a veces, la belleza más grande hace que las palabras crescan en proporción, se rebusquen más y más. Tan rebuscadas como su hermosura.
En fin, es la hora de dedicar una canción para alegrar su mañana, antes de ponerse a disque trabajar, je je...
Ahora sí que con esta me podrían expulsar definitivamente, pero por eso puse esa canción al principio, como escudo, además no hay que olvidar que también escribo bajo la influencia del brillo de sus ojos...
Eeeeh je je, ya puedo decir que se distinguir una cumbia de una salsa, pero está chistosa no? Bueno, esta sí va para Araceli, por que me gusta tanto:
hubo que ponerle el autor y nombre de la canción al principio del video para que no rezonguen con los derechos de autor.
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